dimecres, 6 d’octubre del 2010

EL LADO BUENO DE LA DESGRACIA Y EL LADO MALO DE LA FELICIDAD

En cierta ocasión un campesino chino acudió a un mercado de primavera y se decidió a comprar una espléndida potranca en la que gastó todos sus ahorros.
Por desgracia, aunqué la encerró en el cercado, apenas llegó la noche el animal saltó la valla y escapó en la dirección a la frontera de los mogoles, que por esa época era enemigos acérrimos de los chinos. El campesino no podía plantearse siquiera correr en busca de la potranca. Todos los vecinos acudieron a ofrecerle consuelo, pero el campesino era un hombre sabio y sabía afrontar la adversidad con filosofía.
-Las nubes en el cielo a veces traen lluvia, que es beneficiosa para los cultivos. De una desgracia a veces nace la felicidad. ¡Dejemos que la vida actúe! ¿Quién sabe qué ocurrirá?
Efectivamente, unos dias mas tarde, la potranca regresó acompanyada de un tremendo semental mogol.
Todo el pueblo desfiló para admirarlo y felicitar al campesino por su buena suerte.
-¿Suerte? ¡A lo mejor si! Pero ¿quién conoce el sentido profundo de las cosas? El sol que nos ilumina también puede quemarnos.
El porvenir, por desgracia, le dió la razón. Su hijo se encaprichó del semental y se propuso domesticarlo para montarlo. Pero el animal era fogoso y de una coz lo arrojó al suelo y con la caída el hijo se rompió una pierna. Los vecinos acudieron a visitar a padre e hijo. Y se hicieron muchos comentarios sobre la mala suerte del campesino. La cosecha se avecinaba y no podría contar con la ayuda de su hijo por su pierna rota.
Pero el campesino les respondió con su sabiduría de siempre.
-Este mundo es un perpetuo cambio. ¿Quién sabe si las calamidades no se convertiran en bendiciones? Pensad en la lava de los volcanes que todo lo devasta pero da un limo fértil.
Antes de que llegara el tiempo de la cosecha, estalló la guerra con los mogoles, y todos los hombres jóvenes fueron movilizados, salvo el hijo del campesino, que yacía en la cama con su pierna quebrada. Fué uno de los pocos jóvenes que salvó su vida de las matanzas de la guerra...
¡Una pierna rota le salvó la vida!


Els aconteixements de la nostra existència no es poden classificar senzillament de positius o negatius, de bons o dolents. A llarg termini, una desgracia pot convertir-se en font de felicitat i, a l'inrevés, doncs el temps que passa porta canvis de manera contínua. A vegades ens preocupem de sobre manera per alguna cosa, i dos dies més tard, potser el motiu ja ha desaparegut.... A més ens sembla una fotesa haver-nos preocupat tant. Per al contrari, sentim una enorme alegria al fer un viatge o planejar una trobada que, al cap de poc serà un autèntic malson o maldecap. ¿Us ha passat mai res semblant? ¿Heu viscut ja aquest tipus de canvi brusc d'una situació?

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